por José Can

La gestión de la deuda técnica, el gran reto post pandémico al que se enfrenta el CIO

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21 jul. 20224 minutos
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En 2025, el 75% de los directores de informática y de finanzas se verán obligados a acelerar o promulgar prácticas formales de gestión de la deuda técnica debido a los retrasos o fracasos de los proyectos causados por las técnicas no resueltas.

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La deuda técnica ha sido durante mucho tiempo la perdición de los CIO, obligándoles a hacer concesiones entre crear la nueva infraestructura digital y las aplicaciones necesarias para satisfacer las necesidades cambiantes de la empresa o apuntalar y modernizar los sistemas existentes.

Por otra parte, las mediciones de la deuda tecnológica suelen estar ausentes en los modelos y prácticas financieras. La pandemia de la COVID-19 ha sido la “gota que ha colmado el vaso”, ya que los sistemas heredados se han convertido en un ancla que ha retrasado o detenido la tan necesaria innovación digital. Las arquitecturas frágiles, las aplicaciones y los datos aislados y los procesos y cultura heredados han impedido aprovechar el impulso adquirido en este escenario y facilitar el progreso, impidiendo la evolución de muchas empresas mientras ven cómo sus competidores avanzan a toda velocidad. Al mismo tiempo, la “necesidad de velocidad” para de reaccionar a los pivotes del modelo de negocio impulsados por la COVID-19 obligó a muchos CIO a saltarse las prácticas normales de TI para poner en marcha nuevos servicios y soluciones.

El resultado se ha sumado a la montaña de deuda técnica, ya que muchas de estas nuevas soluciones carecen de solidez y escalabilidad y por tanto, se deben o reparar o sustituir.

La gestión de la deuda técnica requiere un marco objetivo para evaluar el estado actual de los sistemas, su criticidad para el negocio, y los costes y beneficios de la modernización y/o remediación

La pandemia ha dejado al descubierto el verdadero coste de la deuda técnica, y los directores de informática y de finanzas no tienen más remedio que de implementar programas formales de gestión de la deuda; ya no se pueden pasar por alto décadas de atajos y de implementación de soluciones deficientes en aras de la rapidez y la economía.

La gestión de la deuda técnica requiere un marco objetivo para evaluar el estado actual de los sistemas, su criticidad para el negocio, y los costes y beneficios de la modernización y/o remediación.

Los CIO necesitan hacer una evaluación objetiva de los verdaderos niveles de deuda técnica y luego clasificar sistemas e infraestructuras, identificando los que están “bien como están”, los que necesitan ser corregidos y reutilizados, o los que deben ser retirados o sustituidos.

Y todo el trabajo destinado a reducir la deuda técnica debe considerarse como una oportunidad para crear plataformas digitales potentes y flexibles que satisfagan las necesidades actuales y futuras

También requiere una visión y una misión sólidas, la capacidad de mantener el rumbo bajo presión y, no nos olvidemos, la colaboración y el consenso entre las partes interesadas de la empresa y del ecosistema para mantener la atención en lo que es importante.