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Sanofi aplica la IA para ofrecer medicamentos más eficaces y accesibles para los pacientes

Caso de éxito
13 ago. 20259 minutos

La compañía biofarmacéutica se apoya en esta tecnología para tomar mejores decisiones, reducir errores y acelerar el desarrollo de soluciones terapéuticas

Sede de Sanofi
Créditos: Sanofi.

La industria farmacéutica se encuentra en un momento de profunda transformación con el objetivo de acelerar los procesos de investigación y la producción de medicamentos y mejorar la atención al paciente. Así, tecnologías como la inteligencia artificial, la biotecnología o la robótica están consolidándose como herramientas claves de este sector

En este contexto, la compañía biofarmacéutica Sanofi lleva años combinando ciencia y tecnología con el objetivo de desarrollar tratamientos y vacunas que cambien la vida de los pacientes y, en los últimos años, se han centrado especialmente en aplicar inteligencia artificial a gran escala en salud. Según Lara Carreter, responsable de transformación de Sanofi para la compañía en Iberia, la empresa “se encuentra en plena transformación, y no solo digital: también científica, tecnológica y cultural”. Por ello, la IA “está integrada en toda la cadena de valor de la compañía, desde cómo identificamos nuevas moléculas hasta cómo garantizamos que los medicamentos lleguen a tiempo donde se necesitan y, por supuesto, en nuestra manera de trabajar. Esta transformación está impulsada por una ambición clara: convertirnos en la primera biofarmacéutica en adoptar la inteligencia artificial a gran escala, con impacto directo y tangible para los pacientes”.

La transformación digital en Sanofi está siendo un proceso continuo que comenzó con la necesidad de adaptar la forma de investigar, desarrollar, producir y entregar soluciones terapéuticas a un mundo cada vez más conectado, ágil y centrado en los datos. Un ejemplo de esta aceleración, según Carreter, “fue la creación del Digital Accelerator en 2022, concebido para escalar rápidamente el uso de tecnologías disruptivas como la IA en todos los niveles de la organización, desde I+D hasta procesos comerciales”. Y es que, el objetivo siempre ha sido claro: “Conectar ciencia, tecnología y talento para mejorar la vida de los pacientes”.

Sin embargo, ese proceso no ha estado exento de baches. De acuerdo con Alex Pérez, responsable de comunicaciones de Sanofi Iberia, “uno de los mayores retos no ha sido técnico, sino de mentalidad: pasar de trabajar en silos a pensar en red, de procesos lineales a modelos iterativos”. Aun así, explica, “en Sanofi no hemos esperado a que la cultura cambie: la hemos provocado. Hemos creado entornos donde equivocarse rápido forma parte del proceso de innovación, donde la ciencia se cruza con la inteligencia artificial y la jerarquía da paso a formas de trabajo abiertas, horizontales y conectadas. La tecnología por sí sola no transforma nada; lo que transforma es la forma en que la gente la utiliza. Y ese cambio cultural ha sido y es nuestra palanca”.

Los pilares tecnológicos de Sanofi

La estrategia tecnológica de la compañía biofarmacéutica se articula sobre tres pilares fundamentales. En primer lugar, una infraestructura digital global, segura y escalable, “que nos permite operar en tiempo real en más de 100 países”, cuenta Lara Carreter. En segundo lugar, “la integración de IA en toda la cadena de valor: desde la investigación básica hasta la producción y la distribución”, y, por último, en un marco ético propio, RAISE (por sus siglas en inglés – Responsible AI at Sanofi for Everyone), que garantiza que cada modelo que usan sea trazable, explicable y compatible con las normativas más exigentes, incluida la europea. “Estos tres ejes nos permiten avanzar con velocidad y responsabilidad en la transformación digital del sector salud”, explica Carreter.

Lara Carreter, directora de transformación de Sanofi Iberia

Sanofi. En la imagen, Lara Carreter.

La estrategia tecnológica de la compañía biofarmacéutica se articula sobre tres pilares fundamentales: una infraestructura digital global, segura y escalable, la integración de IA en toda la cadena de valor y un marco ético propio

Esa integración de la IA permite a Sanofi avanzar más rápido y con mayor precisión. Según Pérez, “estamos utilizando IA generativa para diseñar nuevas moléculas, predecir respuestas inmunitarias complejas o simular cómo podría comportarse un medicamento en distintos perfiles de pacientes. Esto nos ayuda a tomar mejores decisiones, reducir errores y acelerar el desarrollo de soluciones terapéuticas”. En definitiva, la IA permite llevar la ciencia un paso más allá, con un objetivo muy concreto: ofrecer tratamientos más eficaces, personalizados y accesibles para los pacientes. Y es que, de acuerdo con Lara Carreter, la IA puede acortar hasta en un 50% el tiempo entre el descubrimiento y la llegada al paciente de un nuevo fármaco y mejora en un 20–30% la tasa de éxito en fases tempranas. “Para los pacientes, esto se traduce en tratamientos más rápidos, más adaptados y con mejores resultados”.

Garantizar el abastecimiento de medicamentos gracias a la IA

En este contexto, uno de los proyectos más transformadores que han impulsado desde la compañía, y que implica a la cadena de suministro y fabricación, combina inteligencia artificial y modelos predictivos: “Hemos implementado gemelos digitales y algoritmos de aprendizaje automático para anticipar el 80% de las interrupciones logísticas y prever el 65% de sus causas”, comenta Pérez. Esto permite a la compañía reaccionar más rápido, garantizar la disponibilidad de medicamentos y optimizar cada eslabón del proceso. Además, continúa, “hemos llevado esta visión un paso más allá con una colaboración pionera junto a McLaren, aplicando su mentalidad de competición a nuestros entornos industriales. Inspirados por la precisión y la agilidad de la Fórmula 1, trabajamos con sus ingenieros para optimizar los tiempos de cambio en líneas de producción, mejorar la eficiencia en nuestras plantas y adoptar una mentalidad basada en la iteración rápida y el análisis en tiempo real. Este enfoque no solo ha mejorado métricas clave, sino que ha supuesto un cambio cultural tangible: equipos más empoderados, procesos más inteligentes y una fábrica que aprende y se adapta casi en tiempo real. Es la mejor expresión de lo que significa ser una biofarmacéutica potenciada por la tecnología”

Para integrar con éxito todos os proyectos, la compañía se ha apoyado en socios tecnológicos globales en distintas fases de su transformación digital que le han permitido escalar capacidades, desarrollar soluciones de inteligencia artificial responsables y fortalecer su arquitectura digital. Por ejemplo, como explica Carreter, con Google Cloud “nuestra migración a GCP ha sido clave para modernizar infraestructuras, habilitar análisis avanzados y desplegar soluciones de IA a gran escala”.  Con Aily Labs “colaboramos en el desarrollo de plai, nuestra app interna de IA, que ofrece análisis en tiempo real y escenarios hipotéticos basados en modelos predictivos que permiten a los equipos internos anticiparse y estar mejor preparados”. Asimismo, hay colaboraciones con empresas como Exscientia, BioMap, IGM Biosciences y otras que aportan IA especializada para el diseño de moléculas, bioterapéutica y terapias avanzadas.

Alex Pérez (Sanofi)

Sanofi. En la imagen, Alex Pérez.

“La tecnología por sí sola no transforma nada; lo que transforma es la forma en que la gente la utiliza. Y ese cambio cultural ha sido y es nuestra palanca

Innovación desde Barcelona

Desde el año 2016, España lidera la innovación y transformación digital de Sanofi a nivel internacional gracias a su Global Innovation Center, consolidándose como una localización estratégica gracias a su ecosistema tecnológico, su talento digital y su capacidad para atraer proyectos internacionales. “Este año hemos dado un paso más con la creación de nuestro hub global, que generará más de 300 empleos altamente cualificados. Este nuevo centro nace con el objetivo de liderar desde Europa una transformación digital con impacto real en la salud global, acelerando el desarrollo de terapias innovadoras mediante el uso responsable de la inteligencia artificial”, explica Pérez.

Desde este centro, se trabaja en proyectos estratégicos que aplican IA a lo largo de toda la cadena de valor. “Nos centramos especialmente en áreas como la generación de evidencia en vida real (RWE, por sus siglas en inglés), el análisis clínico y la programación estadística, el soporte científico y de I+D, así como en el desarrollo de modelos predictivos para logística y cadena de suministro. Todo lo que hacemos desde este centro tiene una meta común: ofrecer respuestas más rápidas, precisas y sostenibles a las necesidades de salud global, combinando ciencia, tecnología y datos para transformar el futuro de la medicina”.

Reglamento Europeo de IA

El pasado 1 de agosto se cumplió un año de la entrada en vigor del Reglamento Europeo de IA, un avance necesario, según Alex Pérez, que “aporta seguridad jurídica y genera confianza en sectores como el nuestro, donde la trazabilidad, la transparencia y la calidad de los datos son fundamentales”. Sin embargo, el ritmo de la innovación en salud es vertiginoso y se hace necesarios marcos regulatorios que acompañen este progreso. “Las futuras directrices de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), junto con iniciativas como los entornos de prueba regulados, pueden facilitar la validación de soluciones innovadoras basadas en IA en condiciones controladas y seguras. Y, sobre todo, será clave una colaboración estrecha entre instituciones, sector privado y organizaciones de pacientes para que Europa lidere la transformación digital de la salud con responsabilidad y ambición”.

Aun así, el reto más urgente es garantizar la interoperabilidad y accesibilidad segura de los datos clínicos. Sin ello, explica Carreter, “ni la IA ni la medicina personalizada pueden avanzar. Además, es clave invertir de forma sostenida en infraestructuras digitales, formar a los profesionales y contar con normativas ágiles que agilicen el ritmo de la innovación”.